viernes, 15 de marzo de 2013

LO QUE FUE; LO QUE NO HA SIDO de Olga Orozco. Las 2001 Noches nº 113



Hay en lo más secreto de ti, sin que a veces lo sepas,
un desván en tinieblas donde sólo se cruzan las lluvias
y los vientos,
donde un vaho letárgico empaña los espejos de los días
y duermen en los rincones los ropajes de lo nunca alcanzado
y lo perdido.
Pero no es un lugar donde puedas entrar
como si te asomaras a un refugio de arena que un soplo desmorona,
porque no es un depósito violado por las rapiñas del olvido,
ni un sueño de la muerte,
sino sólo el letargo de la llaga y del hambre agazapados.
A veces basta un soplo,
precisamente un soplo que vuelve con un rumor,
con un perfume,
o que anuncia el desvelo de la hierba en un jardín remoto,
y de repente se sobresalta el tiempo, se despereza el mundo,
y todo ese sopor desaparece como un vaho
arrasado por una llamarada.
En cada imagen que guardó el deseo,
entre los cielos siempre inabordables y aquellos asombrosos
paraísos cumplidos,
se multiplica en un instante el sol, se estremece la luz,
se astillan en tus ojos los colores.
Insoportables los destellos del oro, insufrible la sed de la
distancia,
escasa la medida de tus pasos detrás del horizonte fugitivo.
No llegarás jamás.
No hay lugar para tu alma dentro de los secretos rincones
que te habitan.
No alcanzará tu mano lo que fue;
tal vez tampoco lo que nunca ha sido.
Pero ¿acaso no son esas moradas imposibles tus verdaderas
propiedades,
ganadas palmo a palmo para los territorios de los eternos
bienes?
¿No son como la inmóvil, inalterable cara de una misma
moneda
que lleva en reverso el precio que pagaste:
la confusa, la incierta, la cambiante, la sorpresiva
cifra del presente?

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