lunes, 22 de diciembre de 2008

LO MEJOR DE LO MEJOR NUMERO TRES. NOTAS DE DIRECCION DEL Nº 1


NOTAS DE DIRECCIÓN
Estoy muy contento de todo lo que me pasa, la gente ya empieza a pensar qué harán cuando yo me muera y yo pienso que si esperan tanto tiempo para empezar no podrán hacer nada. El problema, en realidad para mí es que no puedo hablar, del todo, con nadie. Todo el mundo quiere que yo sea Dios y eso no está del todo mal, pero Dios, les explico, también necesita hablar.
Que cada uno pueda elegir cómo va a morir no lo soporto, no lo puedo soportar. Ya está, me digo, ya realicé todo lo que varios hombres de mi clase hubieran querido realizar. Ahora me toca vivir. Vivir, simplemente, sin hacer nada. Una que otra conversación, un mar de tanto en tanto, un tango por las dudas alguna mujer me lo pidiera, un verso, una mujer, la vida cotidiana y los juegos de azar y los compromisos revolucionarios que tanto bien hacen a la poesía. Recuerdo que en un momento de mi vida me sentí el Súper Lázaro, resucitaba hasta 3 ó 4 muertos por día. Ponía levemente mi mano sobre las heridas del alma y éstas cicatrizaban para dar paso al amor. A veces nos reuníamos en bandadas para averiguar quién era el amor y nunca hubo tanto viento, tanto viento sobre tanta nube. Todo se evaporaba entre nuestras manos. El amor era imposible ser y eso, precisamente, nos mantenía unidos, creyendo, tal vez, que algún día lo conseguiríamos. Siento que hoy puede ser un día memorable para mi vida futura. He comprado 20 bolígrafos y cuatro cuadernos. Estoy al borde de escribir una gran obra. En el ejemplo de vivir, vivir es el ejemplo. Yo grité: EL ORO ESTA AQUí, YO TENGO EL ORO y todos miraron mis manos hasta arrancármelas y revisaron mis bolsillos hasta rasgar mi piel. Y nadie miró mi corazón. Y nadie se deslizó por mis palabras. Ya entendí, todo virtuosismo ha de ceder algo de su virtud a las palabras.
En mí, ya está todo jugado, lo que será, es, 30. 40 años más no pueden modificar lo ya producido. Así que lo mejor es vivirlo todo y después decir adiós y si hay algo que estudiar o trabajar, eso lo dejo para los herederos. Al que deje entrar en los detalles que sostienen mi vida, también, le regalaré la historia: Ha de ser una mujer, pero no cualquiera. Una mujer sin celos, una mujer que permita que la historia se cuente aunque ella no sea ni la más hermosa, ni la más inteligente. Una mujer que sepa vibrar con todos los amores, también los nuestros. Una mujer que pueda morir en cada inteligencia. Arráncame los ojos, me dijo y yo le regalé todo mi amor.
A la noche con la excusa que no veía nada, me apretó los huevos con la fuerza con la que se aprieta un pene en erección total y directamente me chupó el culo. A la mañana siguiente, con los huevos doloridos, el culo en erección y las ilusiones perdidas me propuse dedicarme al arte. Y aquí estoy confeccionando con mis propias manos el número 1 de LAS 2001 NOCHES. Algo me Ilama la atención de mí mismo, esa nada que represento para mí. Un espejo invisible donde se refleja una luz inexistente. Algo brilla, algo se refleja, mas en algún lugar que desconozco. Tiempo de haber amado intensamente, me digo y las calandrias se abren silenciosamente a la mañana. Pero mi amor es nada para ella. Mis deseos se evaporan entre las ráfagas de su indiferencia. Voy a olvidarme de ella, esta misma noche me entregaré. Lo terrible es que no estoy jugando, sino que jugando voy haciendo la revista. Lo siento, estoy produciendo algo espectacular para mi vida futura. Ella ahora me dice que me ama, pero me lo dice con terquedad, con violencia. Solucionado el problema económico en los renglones anteriores, recién ahora podré difundir mis versos, bueno también puedo difundir ideas. Y si no sabes quién es el autor de algunos de mis versos, puedes ponerle tu propio nombre, después deja volar al pájaro que te dio el vuelo y eso así de sencillo es la cultura. Hay un poeta en ti, mas vive encadenado y yo he de sentirme pequeño cerrajero abriendo las puertas de tu corazón para dar libertad a tu poeta. Aunque hiciera el milagro, en principio el pobre no sabe siquiera caminar, se arrastra, se chupa los dedos y queriendo gritar apenas balbucea: Soy el poeta, soy el poeta, como si alguien tuviera que creerlo. Blandiendo el estallido genial de la memoria, recuerdo haber nacido, recuerdo claramente los primeros pasos, después llegué hasta aquí, cumbre o vacío, rodeado del lenguaje como si fuera un mar espectacular y bravío y yo, como dice el poema, una pequeña balsa enamorada. Trastabillando, sin saber nada del mundo que persigo, quiero dejarme estar, saber que desconozco mi saber, tenderme literalmente en una frase y ser eso, por ejemplo: AMO LA VIDA -DESTRUYO TODO SER PARA DEJAR AMARME- ALTERO MI RAZÓN PARA PENETRAR EN LA BELLEZA -BUSCO SIN BUSCAR NADA, NI LO QUE ENCUENTRO- ME GUSTA, CUANDO HABLO, ENTRAR EN ESCENA DESPUÉS DE MIS PALABRAS. Una rama madura que me permita ver a través de su textura, los pequeños rayos de sol ofreciéndose como comida y consuelo al árbol amigo. Una rama madura envuelta en el torbellino de tus ojos, alerta siempre, desesperada siempre, esperando alguna plenitud para decirnos las palabras. Rama madura de la poesía, algo que está ahí para ser tomado y que puede pasar desapercibido y pueden pasar más de cien años sin que nadie descubra lo poético. Después viene una vez, rama madura y la poesía está por doquier, algo como una lluvia serena de camelias encendidas, lecho nupcial para los enamorados eternos de la canción.
MIGUEL OSCAR MENASSA

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