lunes, 19 de octubre de 2009

"Lejanías de la tierra muerta" de Alfonsina Storni. Las 2001 Noches nº 4

LEJANIAS DE LA TIERRA MUERTA

A Gabriela Mistral

Llegará un día en que la raza humana

Se habrá secado como planta vana,

Y el viejo sol en el espacio sea

Carbón inútil de apagada tea.

Llegará un día en que el enfriado mundo

Será un silencio lúgubre y profundo:

Una gran sombra rodeará la esfera

Donde no volverá la primavera;

La tierra muerta, como un ojo ciego,

Seguirá andando siempre sin sosiego,

Pero en la sombra a tientas, solitaria,

Sin un canto, ni un ay!, ni una plegaria

Sola, con sus criaturas preferidas

En el seno cansadas y dormidas.

(Madre que marcha aún con el veneno

de los hijos ya muertos en el seno.)

Ni una ciudad de pie… Ruinas y escombros

Soportará sobre los muertos hombros.

Desde allí arriba, negra la montaña

La mirará con expresión huraña.

Acaso el mar no será más que un duro

Bloque de hielo, como todo oscuro.

Y así, angustiado en su dureza, a solas.

Soñará con sus buques y sus olas,

Y pasará los años en acecho

De un solo barco que le surque el pecho.

Y allá donde la tierra se le aduna.

Ensoñará la playa con la luna.

Y ya nada tendrá más que el deseo

Pues la luna será otro mausoleo.

En vano querrá el bloque mover bocas

Para tragar los hombres, y las rocas

Oír sobre ellas el horrendo grito

Del náufrago clamando al infinito:

Ya nada quedará: de polo a polo

Lo habrá barrido todo un viento solo:

Voluptuosas moradas de latinos

Y míseros refugios de beduinos;

Oscuras cuevas de los esquimales

Y finas y lujosas catedrales;

Y negros, y amarillos y cobrizos,

Y blancos y malayos y mestizos,

Se mirarán entonces bajo tierra

Pidiéndose perdón por tanta guerra.

De las manos tomados, la redonda

Tierra circundarán en una ronda.

Y gemirán en coro de lamentos:

¡Oh cuántos vanos, torpes sufrimientos!

-La tierra era un jardín lleno de rosas

Y lleno de ciudades primorosas;

-Se recostaban sobre ríos unas,

Otras sobre los bosques y lagunas.

-Entre ellas se tendían finos rieles,

Que eran a modo de esperanza fieles,

-Y florecía el campo, y todo era

Risueño y fresco como una pradera;

-Yen vez de comprender, puñal en mano

Estábamos hermano contra hermano;

-Calumniábanse entre ellas las mujeres

Y poblaban el mundo mercaderes;

-Íbamos todos contra el que era bueno

A cargarlo de lodo y de veneno

-Y ahora, blancos huesos, la redonda

Tierra rodeamos en hermana ronda.

-Y de la humana, nuestra llamarada,

iSobre la Tierra en pie no queda nada!

Pero quién sabe si una estatua muda

De pie no quede aún sola y desnuda.

Y así, surcando por las sombras, sea

El último refugio de la idea.

El último refugio de la forma

Que quiso definir de Dios la norma,

Y que, aplastada por su sutileza,

Sin entenderla, dio con la belleza.

Y alguna dulce, cariñosa, estrella,

Preguntará tal vez: ¿Quién es aquélla?

¿Quién es esa mujer que así se atreve,

Sola, en el mundo muerto que se mueve?

Y la amará por celestial instinto

Hasta que caiga al fin desde su plinto.

Y acaso un día, por piedad sin nombre

Hacia esta pobre tierra y hacia el hombre,

La luz de un sol que viaje pasajero

Vuelva a incendiarIa en su fulgor primero.

Y le insinúe: Oh, fatigada esfera:

¡Sueña un momento con la primavera!

-Absórbeme un instante: soy el alma

Universal que muda y no se calma...

¡Cómo se moverán bajo la tierra :

Aquellos muertos que su seno encierra!

¡Cómo pujando hacia la luz divina

Querrán volar al que los ilumina!

Mas será en vano que los muertos ojos

Pretendan alcanzar los rayos rojos.

¡En vano! ¡En vano! ¡Demasiado espesas

Serán las capas, ay, sobre sus huesas!...

Amontonados todos .y vencidos,

Ya no podrán dejar los viejos nidos,

Y al llamado del astro pasajero

Ningún hombre podrá gritar: iYO quiero!...

No hay comentarios:

Publicar un comentario