Ven disfrazada como quieras, muerte:
o rayo, o herida, o nudo que destraba
creyendo aniquilar lo que no acaba,
frustrada pamema que la nada vierte
confundiendo las ruinas con lo inerte
o rastrojos con mies que el sol alaba,
según que muerte y vida en uno traba
dando a la tierra abono y al pan su suerte.
Jamás muriéndose murió Cervantes,
ni cien mineros yertos, negra entraña,
harían si vivos más vivir España.
Todo lo de hoy viene, venero, de antes.
Ni muerto moriré, siempre viviendo,
polvo, trabajo o bulto, sido y siendo.
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