De "El extraño"
1955
persiguiéndonos en la distancia.
No lo sabemos y llevamos
uno contra otro la mirada.
Oscuramente se alimenta
la luz injusta en nuestras brasas,
nos ilumina oscuramente
el turbio pozo de las lágrimas.
No lo sabemos. Y pasamos
como las fieras acosadas
desde la edad de una condena
hacia el llanto de una esperanza.
Y llevamos como una ortiga,
en nuestra carne la palabra,
la saliva irreconciliable
que por la sangre se adelanta.
No lo sabemos. Y vivimos
construyendo paredes, tapias,
tabiques, muros, que nos van
poco a poco tapiando el alma.
No lo sabemos. Y forjamos
cada día una nueva jaula.
Nos encontramos persiguiéndonos
sin saberlo. La vida pasa.
Nos trae, nos lleva, sordamente.
Tristemente. Nos abalanza.
No lo sabemos. Y el amor
no encuentra patria.
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