viernes, 3 de febrero de 2012

Editorial de Las 2001 Noches nº 131

Así, con mucho esfuerzo, acabamos de cumplir 15 años. Y esto, para una revista de poesía, es mucha vida.

Y si la revista de poesía es, además, de distribución gratuita desde el comienzo, quiere decir que ha sido mucha la energía necesaria para llevarla adelante.

En nuestro caso, esa energía proviene, directamente y sin intermediarios, del trabajo material y diario de aquellos que sostienen la revista: los socios de honor.

Es por eso que, antes de nada, queremos agradecerles que hayan decidido invertir en mantener vivos sus sueños, sus esperanzas, porque han hecho posible que muchos otros puedan soñar, tener alguna esperanza.

Los aforismos de este número tienen que ver con la esperanza, en el más amplio sentido de la palabra, porque, hoy día, las previsiones económicas, sociales, bélicas y anímicas, hacen indispensable su ejercicio.

Volviendo al comienzo: Las 2001 noches acaba de cumplir 15 años, y ya hemos empezado a celebrarlo, volviendo a aparecer en papel. Seguimos fieles a los principios: publicar la mejor poesía de los mejores.

Hoy, más que nunca, es necesario recordar las palabras que nos han guiado hasta aquí. Por eso, la Editorial corre a cargo de Edgar Bayley, porque nos gustaría que supiese (porque los muertos no mueren: vigilan y ayudan) que, al menos durante otros 15 años, no pensamos abandonar esta riqueza infinita, que es la poesía.

Después, poesía de Miguel de Unamuno, español de Bilbao, que mantuvo la esperanza hasta el final, como muestran sus obras, y Louis Aragon, a los 40 años de su muerte, porque define con clarividencia poética nuestra ambición: "Reclamo en este mundo el lugar de la poesía".

Continuamos, en la sección libros, con la segunda entrega de "La cosa de la carne", de Miguel Oscar Menassa, porque, para perdurar, es necesario saber de quién es el cuerpo que habitamos.

Y, como no hay dos sin tres, volvamos al comienzo: Las 2001 noches, revista que hoy tengo el honor de dirigir, ha cumplido 15 años de vida. En este tiempo ha cambiado nuestra edad, nuestra economía, nuestras circunstancias y hasta nuestro cuerpo ha cambiado. Lo que no ha cambiado es nuestro deseo de ser lo que hemos dicho que somos: trabajadores de la poesía.

Si después de leer este número de Las 2001 noches, usted ha decidido perdurar en el tiempo, viaje a nuestro lado: la poesía siempre puede más.

Carmen Salamanca

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