miércoles, 7 de marzo de 2012

TAMBIÉN NOSOTROS de Enrique Molina. Las 2001 Noches nº 117

Sí, zarparemos con los últimos barcos.
Al mar también le duelen las piedras que lo ciñen,
cuando su ronca cólera no basta
a estremecer la muerte del pequeño marisco.

Apartadme de mí, de mi larga estadía.
Siempre el rostro y las manos, el sueño y el espejo.
Podrías recordarme como al humo:
para eso hay muelles de dulce declive.

Eternas criaturas de la tierra,
seguiremos andando debajo de las flores,
con ligeras estrías azules en el hombro.
Y acaso reconozcan nuestros nietos por su pelo arbolado,
por sus ojos de tristes nadadores,
y su manera de decir: “Otoño...”

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