jueves, 15 de noviembre de 2012

LA MUJER Y YO, un libro de Miguel Oscar Menassa. Las 2001 Noches nº 65


Un libro de película: Amor, sexo, lujuria, infidelidad, celos, envidia, amistad.
Viajes increíbles donde el poema, la música y la pintura hacen cine.
El autor nos dice que esto no es exactamente una novedad, ocurrieron cosas parecidas hace 5.000 años.
¿Qué es eso que, habiendo ocurrido hace tanto tiempo, resulta una novedad?
Si te gusta el cine, te gustarán estas películas, si no te gusta el cine, te gustarán estas películas, porque en ellas todo es un juego entre realidad y ficción.
Mecánicos del amor y de la guerra, espantapájaros de dios señalando caminos, hombres disfrazados de hombres que recién se levantan y quieren que la vida sea el sueño que atravesó la noche. Hombres que desean a su lado una mujer que desee.
Parecieran escenas amorosas en las que, leyendo detenidamente, veremos cómo se juegan contiendas donde quienes combaten son las palabras de ella y de él.
Y así él siempre sabe sin saber, como una mujer, y ella siempre se pregunta ¿realidad o sueño? ¿amor o muerte? ¿venganza o libertad?
Descubrimos en esta "opera prima" una manera de concebir el cine que cabe dentro de la corriente del "free cinema", que comenzó su andadura como cine "maldito", es decir, no comercial, para convertirse en la expresión del verdadero espíritu de ese invento del siglo XX que revolucionó para siempre el pasado y el futuro de la humanidad.
El cine produce otra lectura, ya que al utilizar otros medios de transmisión, su decir se equivoca y discurre en otra historia, que, si bien se relaciona con la anterior, produce otro tiempo.
En un diálogo de su conocida obra de teatro Luces de bohemia, Ramón del Valle-Inclán define lo que habría de representar un nuevo género literario y dramatúrgico: "El Esperpento, una tragedia, la nuestra, que no es tragedia". Según Valle- Inclán, en la voz de su personaje Max Estrella, "el esperpentismo lo ha inventado Goya", pues en sus cuadros y aguafuertes los héroes trágicos se han ido a pasear al callejón del Gato.
"Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos dan el Esperpento. El sentido trágico de la vida española sólo puede darse con una estética sistemáticamente deformada."
En La mujer y yo el lector percibe de manera poderosa un reflejo familiar y desconocido, esperpéntico, a fin de cuentas, de su propia vida cotidiana, de la ideología del amor y de las formas pervertidas del goce que nos rodean. Sólo una "estética sistemáticamente deformada", como la desplegada por Menassa en esta obra, puede dar cuenta de esa realidad para la que nuestros ojos no tienen mirada. Ciegos, sólo el Esperpento nos devuelve el fiel reflejo de lo que somos. Sólo en ese espejo cóncavo podemos recuperar la vista, mirarnos a la cara.
Para leer de esta manera la obra de Menassa, para tener una proximidad a la verdadera dimensión revulsiva de sus textos, nada como asistir a la proyección de los dos cortos producidos, como dos signos de admiración, antes y después del XIV Congreso Internacional Grupo Cero llevado a cabo en Buenos Aires.
Impresiona ver a Menassa interpretando y caracterizando sus propios personajes y sus diálogos. Si vemos los cortos con una mirada ingenua, se corre el riesgo de creer que raya en el ridículo, que no es más que una ópera bufa, una "trágica mojiganga" en la que los actores se han dejado contagiar y arrastrar por la fuerza dramática de los personajes.
Pero si utilizamos las mismas herramientas de lectura que usó Freud para analizar el trabajo del sueño, podemos comprender que esta representación es la única manera posible de tolerar la proximidad de lo que allí se dice, de lo que de esa manera se expresa. Se trata, pues, de una invitación a regenerar nuestra vida con un vuelo.

Taller de poesía de los sábados a las 17 h,
coordinado por Carmen Salamanca Gallego

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