domingo, 28 de febrero de 2010

OSCAR WILDE. Aforismos. Las 2001 Noches nº 59

Irlanda-1856

- Todos vivimos en el cieno, pero algunos levantamos los ojos hacia las estrellas.

- El camino de la paradoja es el camino de la verdad. Para probar la verdad de las cosas hay que verlas en la cuerda floja. Cuando las verdades se hacen acróbatas, entonces podemos juzgarlas.

- Para mí, la belleza es la maravilla de las maravillas. Sólo los superficiales no juzgan por las apariencias. El verdadero misterio del mundo es lo visible, no lo invisible.

- Son los escogidos aquellos para quienes las cosas bellas sólo significan belleza.

- El sentido de todas las cosas bellas creadas reside tanto, por lo menos, en el alma del que las contempla como en el alma que las produjo. Sí, más bien es el espectador quien presta a la cosa bella sus mil sentidos, y la hace maravillosa para nosotros, colocándola en una nueva relación con la época, de tal modo, que se convierte en una porción esencial de nuestra vida, y en un símbolo de aquello que deseamos o, acaso, de aquello que, deseándolo, tememos nos sea concedido.

- No hay libros morales ni inmorales. Los libros están bien escritos o mal escritos. Simplemente.

- Ningún artista desea demostrar nada. Hasta las verdades pueden ser demostradas.

- Es el espectador, y no la vida, lo que realmente el arte refleja.

- En asuntos de poca importancia, el estilo, y no la sinceridad, es lo esencial. En asuntos de gran importancia, el estilo, y no la sinceridad, es lo esencial.

- Nada tan peligroso como ser demasiado moderno. Corre uno el riesgo de quedarse súbitamente anticuado.

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